miércoles, 9 de noviembre de 2011

Madrid y Berlín -Matt Morris


Hace dos semanas, pasé cuatro noches en la ciudad de Berlín, visitando a una amiga mía que está estudiando allí.  Primero, hay muchas diferencias fundamentales entre esta ciudad y Madrid.  Por ejemplo, Berlín es grandísima- cubriendo casi 300 km2 más que Madrid- y muy dispersa- con ~1,500 menos personas por cada km2.  Por eso, mientras puedo caminar por muchas partes de Madrid, eso no es posible en Berlín simplemente porque todo está más separado.  Otra diferencia es que la cultura de comer allí me parecía más a la de los Estados Unidos que la de Madrid.  La gente alemana come un almuerzo ligero a la 1 o las 2 de la tarde y una cena grande alredor de las 8 de la noche, y el concepto de las tapas es algo desconocido a ellos.  La cena allí usualmente dura algunas horas, porque en vez de pasar por diferentes lugares para picando y tomando copas, el alemán pide un plato grande y queda para beber del mismo restaurante/bar.  Con respeto a las bebidas más populares, no es secreto que Alemania es famosa para su cerveza, y a mí me encantaba especialmente la cerveza negra cuando estaba allí.  Mientras en Madrid se puede escoger su vino favorito de dos páginas del menú, cada restaurante en Berlín servía un montón de tipos de cerveza, incluyendo algunas que se hace en casa, y servidos por el litro si se quiera.  Pues, se puede decir que con respeto a la comida y bebida, a Madrid le gusta picar un poco de todo, y a Berlín le gustan las porciones grandes. 

Además, hay otros aspectos de estas ciudades más intangibles que los antedichos, pero se puede fijarse en ellos aun así.  Por ejemplo, inmediatamente al llegar en Berlín, me parecía un poco oscuro, no solo porque llegué por la noche, sino por un sentido más intrínseco y omnipresente que me puso un poco inquieto.  Era una gran silencia casi sospechoso por todas partes, y la gente caminaba por las calles con determinación rigidez.  Me dio la impresión de que la ciudad estaba haciendo algo secreto, sin decir a los demás.  Las siguientes noches, fui con algunos amigos a las discotecas, que quedaban todas en la misma área, posiblemente el barrio peor del lado este de la ciudad.  Desde afuera, estas discos se parecen horribles, pero siempre hay línea y siempre es difícil entrar por los porteros, añadiendo al sentido misterioso de la vida de noche, y al entrar son fenominales.  Madrid, en el otro lado, me da el sentido completamente opuesto de Berlín.  Cuando llegué aquí, me sorprendió toda la vida derramando en las calles por la noche, gente cantando en alta voz, constantemente moviendo desde lugar a lugar.  No hay secreto aquí que a la gente le gusta ir de marcha, y aun extranjeros no van a tener dificultad encontrando lugar para hacerla ni entrando fácilmente.  Pues, estas dos ciudades han estado destruidos casi completamente por la Guerra, y por eso hay muchos edificios nuevos, pero pienso que Madrid hizo más esfuerza para rectorar los edificios a su estado original.  En Berlín, casi todos los edificios son modernos, posiblemente de una esfuerza de olvidarse de los horrores que pasaron allí, especialmente en el este de la ciudad para modernizarlo después del comunismo fallido.  Pienso que Madrid también quiere olvidarse del franquismo, por la Ley de Memoria Histórica por ejemplo, pero aquí pienso que se puede definirlo como un rechazo, mientras en Berlín aun mencionando el partido Nazi o el nacionalismo alemán es socialmente inaceptable. 
p_madrid.jpgberghain.jpg







2 comentarios:

  1. Hola Matt,

    Me gustó mucho leer tu entrada porque nunca he visitado a Berlin. Por eso, la comparison entre las dos ciudades importantísimas en Europa es fascinante. Un amigo mío estudió en Berlin el semestre pasado y él me describió las mismas cosas de las calles casí silencias aunque estuviera cerca de una discoteca y el miedo que eso se puede dar a la gente. Además me interesa mucho la arquitectura - por eso, tu descripción de cómo las ciudades han desarrollado sus edificios después de guerras es interesantísima.

    Bien hecho!
    Molly Superfine

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  2. Mi abuelo es un superviviente del Holocausto, y debido a sus historias y la memoria colectiva, yo estaba muy en contra de ir a Alemania, y Berlín este semestre. Desde este blog, y cómo se ha hablado de Berlín, mis estereotipos fueron un gran error mío. Me gusta mucho cómo se adentró en la cultura, a pesar de que es muy diferente a la suya y la de España. Es interesante para mí el que viven allí, y especialmente, su actitud en relación con mirar hacia atrás en la guerra. Me molesta que nunca llegó a Alemania, y la esperanza de ir allí en un momento en mi vida, y la experiencia de esta cultura única.

    - Josh Rosenblat

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