¿Eres de Barça o Madrid? Yo, de Madrid.

El fin de semana pasado visité Barcelona por un viaje oficial del programa.  Antes del viaje, he oído mucho sobre las distinciones entre Barcelona y Madrid como ciudades, pero la realidad me parecía más extrema que pensé inicialmente.  La gente, la escena nocturna, la comida y la apariencia de Barcelona en su totalidad son muy distintas de las de Madrid.

Para empezar, el factor que para mí más contribuyó a esta percepción es la diferencia en la arquitectura de las ciudades.  Madrid está lleno de edificios antiguos y clásicos que han existido aquí hace siglos.  Aunque sí hay algunos edificios y estructuras más modernos, (notablemente en el distrito de empresas al norte), la mayoría quedan clásicos.  Lo que los hacen modernos los edificios más famosos y mayores son las empresas y cosas dentro.  Por ejemplo, La CaixaForum es una de las estructuras más modernas de todo Madrid, pero cosas así abundan en Barcelona.

                

Es dicho que Barcelona se transformó totalmente durante los años antes y después de los Juegos Olímpicos en 1992.  Por supuesto, es verdad, pero la arquitectura en Barcelona ha aparecido más moderna en muchos aspectos aun desde los años de Gaudí en los fines del siglo XXIX y primeros del XX.  Las obras de Gaudí nunca acordaban con la escena de su época, y aunque la ciudad sí se ha modernizado, apenas acuerdan hoy.  Es porque el estilo de Gaudí transciende la etiqueta del “modernismo”.  Supera otros esfuerzos para lograr lo moderno y se planta en un mundo desconocido, extraño y casi fantástico.  La Sagrada Familia, la Casa Battló y su Parc Güell no parecen como ninguna estructura en Madrid ni en sus formas ni sus colores.  Comparado con el resplandor de Barcelona (que creo estaba escondido un poco por las nubes cuando estaba allí) eclipsa lo de Madrid en muchas maneras.  Este resplandor es algo que me gustaba más de Barcelona, pero hay cosas también de Madrid que me gustan más.

Por ejemplo, para mí, Madrid parece mucho más español.  La comida, la lengua y la cultura general de Madrid transmiten mejor qué significa ser español.  Barcelona en su totalidad está envuelta en un aura de internacionalismo—queda más agringada.  Allí abundan restaurantes de gastronomías extranjeras y seguramente superan en número los de comida típica de España.  Algo más que me sorprendió fue la abundancia del uso de inglés.  En los restaurantes, las tiendas y en la Boquería de Las Ramblas, una cantidad sorprendente de gente hablaba inglés.  Para mí, sólo añadió a la percepción de Barcelona como algo de fuera de España.  A veces me frustra cuando alguien asume que no hablo español.  Me frustró un poco cuando alguien asumió que no hablo español y empezó a hablarme en inglés.  En este sentido aprecio más Madrid por las oportunidades más abundantes para practicar mis habilidades de hablar castellano. 

                

Entonces, con todo dicho, he decidido que me gusta más vivir en Madrid.  No es decir que no visitaré Barcelona otra vez, pero para vivir, Madrid es mejor.  Posiblemente es más el ambiente, la lengua, la historia o tal vez que ha puesto en mi hogar extranjero.  No sé exactamente lo que es que me causa decirlo, pero es muy evidente que Barcelona no parece muy español, pero es posible—de veras probable—que es lo que ellos quieran. 

-Aubree Dinning