jueves, 10 de noviembre de 2011

La Destrucción y Construcción de Una Ciudad: Paris y Madrid -- Kevin Fertig


La ciudad europea con quién quiero comparar con Madrid es la ciudad europea que conozco mejor: Paris. Aunque que casi nunca paso mucho tiempo allí en una vez, me fui cada año para al menos dos o tres días para ver amigos y familia antes de irme en otra parte de Francia, y por esto siento que tengo idea al menos suficiente de lo que es Paris. Paris y Madrid comparten unos rasgos importantes, unos de que se puede ver en muchísimas ciudades enormes: tienen poblaciones impresionantes (2.3 y 3.3 millón, respectivamente, y aún más si se incluye los barrios periféricos), un montón de oportunidades culturales (de la comida a la música al arte) y son ciudades famosas en todo el mundo. Esto dicho, me gustaría concentrarme sobre un rasgo claves de las ciudades que creo ayuda a definirlas: la destrucción de una gran parte de la ciudad para transformarla en lo que conocemos hoy.
                                                       Paris en la Edad Media

Primero, las ciudades tienen historia muy diferentes. Madrid y Paris (originalmente llamado Lutecia por los Romanos) existieron desde más de mil años, pero Paris casi siempre fue gran capital de la región, y nombrada capital de toda Francia por primera vez en 987, cuando el alcalde de París (Hugo Capet) fue nombrado rey de Francia. Paris empezó a crecer verdaderamente en la edad media, aunque Madrid no creció hasta mucho más tarde. Sin embargo, si las ciudades tienen historia disimilares, comparten algo interesante: a causa de todo este crecimiento, las ciudades fueron demasiadas llenas y agobiantes; por esto, grandes sectores de la ciudad fueron destruidos para creer lugares físicos que ahora hacen parte del imagen de cada ciudad.
                                      Los Cambios del proyecto de Haussmann
                                            Los grandes boulevards de Paris hoy día

Al principio del siglo XIX en Madrid, el Rey José I Bonaparte, nombrado rey por Napoleón, fue conocido en Madrid como el rey plazuelas; destruyó partes de la ciudad que se consideraban peligrosas, contaminadas y asquerosas, normalmente destruyendo conventos, iglesias y otros sitios religiosos. De esta destrucción vino el crecimiento de las plazas que tan definen Madrid, como la Plaza de Oriente. Unos años más tarde en Francia, bajo de otro rey Bonaparte (Napoleón III), el Barón Haussmann completamente transformó la ciudad de Paris al fin del mismo siglo, destruyendo lo que él consideró como “calles medievales y desorganizadas” en su lugar, construyó los grandes boulevards de Paris. Al tiempo, mucha gente se asustó de este proyecto inmenso, pero ahora estas calles gigantes, limpias, rectas y más que todo, lógicamente organizadas, hacen parte increíblemente famosa y clave de la ciudad. Como para las plazas madrileñas, ayudó con tráfico, saneamiento, transporte y seguridad ciudadana. Ahora son centros sociales y un montón de artistas y autores les han mencionado como inspiraciones para su trabajo. 
                                      Plaza de Oriente, creada por José I Bonaparte

La idea de destruir una parte importante de la ciudad no es un paso normal para reformar y construir una ciudad (podemos pensar en la idea de adición por sustracción), pero es exactamente lo que pasó en estas capitales. Podemos creer que estas reformas urbanas han tenido un éxito impresionante, considerando que estas dos ciudades son unas de las más visitadas del mundo (con Paris en primera posición); cuando vienen los extranjeros, es claro que les gusta caminar por los boulevards de Paris o en las plazas madrileñas, algo que se puede ver en millones de tarjetas postales y pinturas. Son íconos de la ciudad que para ser creados necesitaron reemplazar la ciudad antigua, lo nuevo conquistando lo viejo. 


1 comentario:

  1. Me gusta tu idea de cambiar lo historico por algo mejor. Entiendo la idea de conservar algo simplemente por ser viejo, pero nunca he entendido conservar algo viejo que ni es importante ni está en buena condición.

    También algo que me gusta de tu post, al que aludes pero no mencionas, son las mutuas influancias arquitectonicas en Europa. Es decir, Paris tuvo una influencia impresionante en la arquitectura de Europa. Ideales Franceses de los siglos XVIII y XIX permean la arquitectura de la ciudades Europeas. Entonces, mucho antes de que la EU se formara existía la fraternidad europea.

    No se porque pero esa idea me gusta.

    -
    Jacob Hanger

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