viernes, 21 de octubre de 2011

"Mi caminata por Madrid" por Sarah Weiner


            Durante la semana segunda de agosto, llegué en Madrid con mi padre. Teníamos planes para viajar por Andalucía y ver los monumentos y museos más importantes en Madrid. Desgraciadamente, el huracán Irene viajaba la costa de los Estados Unidos. Debido al huracán, la fecha del juicio que mi padre iba a testificar fue cambiado a unos días antes. Por consiguiente, tenía que estar sola en Madrid por cinco días hasta que el programa empezó. Fue mi primer tiempo en España, solo segundo tiempo en Europa (y el primero mi pasaporte fue robado) y tenía que ocuparme por casi una semana. Fue aterrador pero una experiencia increíble para conocerme y esta ciudad.  
            Mi día favorito fue el que tenía lo menos planes. Primero, visité el mueso Thyssen. Recorrer por el museo sola fue una experiencia muy diferente que cuando mi padre y yo fuimos conjuntos. No tenía distracciones y no tenía prisa. Fue como tener una conversación con cada obra. Pensaba sobre los mensajes, los sentimientos y las intenciones del pintor. Próximo, caminé por el Paseo del Prado y Parque de Retiro. Tejé por las sendas y los jardines y escuché a las conversaciones de la gente. Después, fui al Mercado San Miguel y comí paella y melocotones, y durante la noche caminé la calle Gran Vía y Puerta del Sol.


La experiencia de estar sola en una ciudad nueva sin estar cómodo con el idioma fue una inmersión completa a una cultura nueva. Fue un desafío grande, pero después de sobrevivir durante mi jornada sola tenía más confidencia en mis habilidades de español y mi independencia. También, la experiencia cultural fue más reflexivo que todas las otras que he tenido. Cuando estaba sola, solo podía observar, escuchar y mirar la gente. De mi observaciones de un día, de repente sabía mucho sobre el ritmo de la vida, el arte, la gente y la gastronomía. Observé que la gente habla rapidísimo pero camina lentamente, que valora sus conversaciones y las interacciones interpersonales y que la historia es importante igualmente al presente. También, podía comparar los lados diferentes de la ciudad y la gente diferente que presta tiempo en partes diferentes. Mis cinco días sola fue un curso intensivo sobre todo madrileño.
Como prestar mucho tiempo con una persona para conocerla, es necesario que preste mucho tiempo sola en una ciudad para conocerla. Como escribió Mario Margulis, <<Caminar por la ciudad lleva consigo la posibilidad de recibir e interpretar múltiples mensajes que hablan a sus habitantes, emiten señales e intervienen en los comportamientos>>. 

4 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo que la mejor manera de sumergirse en una cultura es tener que depender en tus propias habilidades aunque es un poco aplastante. Hay que perderse para conocerse.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. También estoy de acuerdo con la idea de que hay que caminar para conocer la ciudad. Una amiga que estudió en Europa el año pasado me dijo que yo no debo tener miedo de viajar sóla porque para ella, fue la mejor manera de conocer las ciudades a las que visitó durante su estancia en Europa. He caminado varias veces por Madrid sin saber en realidad donde estaba yendo, y me ha dado una sensación de liberación. - Kate Gadsden

    ResponderEliminar