jueves, 27 de octubre de 2011

La experiencia cultura de mi vida española, por Karen Wilmer


Yo diría que una de las experiencia culturales más memorable hasta ahora para mí tendría que ser una fiesta de la casa a la cual asistí un viernes hace dos semanas. Yo fui con un grupo de casi diez amigos, todos juntos para celebrar el cumpleaños (de los 21 años, el cumple de gran importancia en los EEUU!) de nuestro compañero Chris. Todos nosotros nos encontramos con un grupo de seis o siete estudiantes españoles de nuestra universidad madrileña que acabaron de conocer al chico del cumple unas horas antes por accidente en frente de una aula escolar. Es claro que ellos no tardaron en formar una amistad bastante genial, y por la consecuencia de esta introducción aleatoria, él recibió una invitación para llevar sus amigos al apartamento del estudiante español para divertirse de una fiesta esa noche.
            Entonces, nos llamó y seguimos encontrarnos en frente del edificio de CEU a las once y media de la noche, listos para una celebración, de cual tipo, no sabíamos. El chico, el nombre no recuerdo, nos encontró y nos llevó a su apartamento, mientras todos nosotros estaban cuchicheando entre nos mismos, hablando de esta situación tan nueva y afortunada. Llegamos al apartamento, todos esperando una fiesta quieta de dos o tres estudiantes más, comiendo la tortilla española, bebiendo sangría, y preparándose para salir a una discoteca. La verdad es que no sabíamos a que esperábamos, pero en realidad acabó en ser nada de los estereotipos, sino algo casi como una mezcla americana y española. Era algo entre las fiestas de las universidades americanas y claramente las españoles, y lo que me impresionó más fue las esfuerzas de los estudiantes españoles (había casi veinte en ese apartamento pequeñito!) para introducirse a nosotros y mezclar con nosotros. También, tuvimos que hacer un poco de esfuerzo porque hubiera sido fácil charlar sólo con los amigos nuestros en ese ambiente nuevo y a tope de gente.
            Me preparé una bebida uno de los chicos, y yo empecé hablar en español con un grupo de chicas y chicos españoles en un rincón del apartamento. Imagina mi sorpresa cuando un grupo empezó a jugar un partido de Beirut en el medio del cuarto, como en los EEUU! Había diferencias, más tuvieron que ver con el tamaño grandísimo de los vasos y el tamaño pequeño de la mesa, pero todavía el concepto era lo mismo. Con jugar con ellos, beber con ellos, y conversar con ellos, nos juntamos tanto! Había al principio unas dificultades, y yo empecé la noche hablando con despacio y sintiendo un poco de ansiedad, pero con el pasar del tiempo, me relajé mucho, todos relajamos mucho, y la discusión siguió fluir mucha más rápida y fácilmente. La habilidad habilidad de entendernos (con las palabras o el lenguaje corporal) se puso mucho más fácil con el paso de la noche.
            Cuando terminó esta noche, muy muy tarde (o temprano? por la mañana, jaja, pues no sé), todos nuestros grupos estaban relacionado como amigos viejos, y sentimos mucho el fin de nuestro tiempo juntos, o el fin de la fiesta…pero, debes creer que intercambiamos nuestros números y nombres para Facebook, y ya no han terminado nuestras relaciones nuevas a pesar de que nuestra fiesta alcanzó su fin J

sábado, 22 de octubre de 2011

Altibajos


Un ejercicio que hice mucho este verano fue reflexionar sobre la parte mas alta y la mas baja de mi semana. El punto era enmarcar la semana y reflexionar sobre como había ido todo. De la misma me gustaría hacer este ejercicio como parte de esta entrada de blog (obviamente con un giro cultural).

Lidié mucho con la idea de cuán general definir “un evento cultural.” Esto lo digo porque, de alguna forma, todo lo que sucede en un foro no artificial es un evento cultural. Dicho eso, tampoco sería muy interesante o en punto escribir sobre alguna caminata cotidiana sin algo que lo haga notable.


Sin esperar más, mi “alto” evento cultural ha sido ser parte de la demostración de l 15M y Occupy Wall Street el Sábado 15 de octubre en la Puerta del Sol. No puedo decir que jugué una parte importante en la demostración, mas bien solamente fui uno de los miles que estuvieron allí. Considero este evento cultural porque mas que nada refleja la realidad y la cultura de la España de hoy. Al estar allí parado con todos los otros jóvenes en paro, me di cuenta de la pasión e involucración de los jóvenes aquí. Aquí fue donde comenzó el movimiento Occupy Wall Street – con estas mismas personas. La frustración contra la desigualdad económica del Primer Mundo se manifestó por primera vez en Puerta del Sol.

El día después de la manifestación, andando otra vez por Puerta del Sol, me topé con el viejo Hotel Madrid. Los estandartes de la manifestación colgaban en su rededor. Me acerqué a indagar sobre lo que ocurría con un reportero y me contó que la gente de la manifestación había entrado al hotel a la fuerza y que se estaban alojando allí indefinidamente. Dos cosas me llegaron a la mente: primero, en los estados unidos habrían sido expulsados del hotel inmediatamente, y segundo: la persistencia de estos individuos es asombroso. De lo poco de sé y todo lo que he visto, me parece que están peleando una pelea desunida, donde se les hace muy poco caso. Pero continúan y continúan. Esto me parece algo importante de la cultura Española porque en los Estados Unidos dudo que un movimiento tan ignorado viviría con tanta fuerza como este.

Mi momento cultural mas bajo ocurrió cuando estaba jugando Futbol cerca de mi departamento. Unos amigos de Duke y yo retamos a un grupo de jugadores mas o menos nuestra edad. Jugamos un poco (creo que nos ganaron pero de todos modos jugamos bien) y durante un descanso empeze a charlar con uno de ellos. Había oído que algunos de los jugadores tenían acentos un poco raros entonces supuse que eran sudamericanos. Entonces le pregunté al chico con el que hablaba si el también era de sudamerica. Bruscamente me dijo que no lo era y que el obviamente era Español (y luego no me habló el resto del tiempo). Esto, a mi parecer, fue un evento cultural porque me di cuenta de la tensión que existe entre los Españoles y los Sudamericanos. O, mejor, de cómo algunos Españoles se consideran mejores que los Sudamericanos por alguna razón. (Aprendí a nunca preguntar si alguien es de Sudamérica a menos que esté seguro de que lo sean.)

-Jacob Hanger

viernes, 21 de octubre de 2011

El desarrollo de mi percepción de Madrid - por Olga Mir



Recuerdo oír algo, hace mucho tiempo, sobre un estudio que encontró que cuando una persona recibe más de 7 opciones, el cerebro se apaga y la persona no puede tomar una decisión en absoluto. Con 5 opciones, sí. Con más de 7: en lugar de elegir una opción, la persona no es capaz de tomar una decisión en absoluto, y termina haciendo nada.

Esto es lo que sentí cuando llegué a Madrid. Hay tantas opciones, tantos lugares para visitar y cosas que ver y actividades para hacer que me sentí abrumada con las opciones. Muchos días me he llegado a no hacer tanto como me hubiera gustado, porque en vez de ir a explorar, me paso el tiempo buscando lugares para ir. Pero con más investigación, hay más opciones, y ya sabes lo que pasa cuando hay demasiadas opciones ...

Así que por hoy decidí arreglar mi situación y me hice un itinerario que debo seguir y no puedo salir. Es por eso que he esperado hasta ahora para escribir la entrada del blog. Aunque he tenido varias experiencias culturales en Madrid—he ido a un partido del Real Madrid, un espectáculo de Ballet Nacional de Cuba, recorrió los varios barrios de Madrid—consideró que tener una nueva aventura en mi mente me ayudaría a escribir sobre ella mucho más.


El día comenzó con ir al Museo Reina Sofía. Después de un par de horas allí, mis amigos y yo continuamos al laberinto que es Lavapiés y Barrio de Las Letras. Habíamos ido a el Barrio de Las Letras previamente como una clase, pero yo quería ver el área de nuevo porque pensé que era tan interesante y hermosa la primera vez. En Lavapiés, se encontró algo de sushi en el Mercado Antón Martín y en el Barrio de Las Letras nos topamos con una cafetería donde tuve mi primera chocolate con churros! (Lo sé, es una locura que yo no había probado ellos todavía!) El chocolate con churros era absolutamente deliciosa. Después de eso fuimos al Sol y tomamos las fotos turísticas que, de alguna manera, no hemos tenido, y entonces se dirigieron al Parque del Retiro a pasear por fin de disfrutar del paisaje. Después de eso fuimos a una visita guiada de la exposición Delacroix en CaixaForum con la Madrid Cultura y Arte Card. Al final mis pies me estaban matando y lo único que quería era sentarse y relajarse en casa. Pero me encanta esa sensación, porque significa que tuvo un buen día de explorar y aprender. 


El día no era sólo sobre los lugares hermosos y deliciosos platos. Caminando a través de Lavapiés y Barrio de Las Letras me hizo darme cuenta de lo mucho que me falta cuando tomo el metro o el autobús en lugar de caminar en algún lugar. Claro, el transporte público es la manera más rápida para mí llegar a algún lugar, pero no se llega a ver todos los pequeños restaurantes y tiendas que llenan las calles y dan al barrio su carácter. Cuando leemos "La novela del tranvía" de Benito Pérez Galdós, hablamos de las interacciones que se producen en el transporte público, y la forma en que representa nuestro mundo. Pero me siento como que realmente no enfatizaban que estar en este autobús, tranvía, metro, lo que sea, limita su percepción del mundo en que vivimos. Una Madrid viajada por metro es una Madrid muy diferente de la que uno viaje a pie. Esto se relaciona a nuestra primera clase, cuando hablábamos de los diferentes puntos de vista de una ciudad y cómo diferentes personas pueden tomar imágenes de su ciudad de una manera completamente diferente. Siento que cuanto más me paseo por Madrid, el más completo mi percepción de Madrid se convierte. Por supuesto, en estos momentos un gran porcentaje de mi percepción de Madrid se basa en restaurantes y museos, pero espero aprender más sobre esta ciudad

Mi primer visto al Rastro- Taylor Jones


El fin de semana pasada, fui al Rastro por primera vez, y era una experiencia emocionante y abrumadora. Había oído muchas críticas diferentes del Rastro antes de ir.  Algunas me dijeron que a ellos se lo gustaba, pero muchas me dijeron que no era tan divertido que creían antes de ir.  Por eso, tuve pocas expectaciones y de verdad, no sabía si valdría la pena madrugar.  A causa de que mi compañera de cuarto insistió que fuéramos, reticentemente decidí que ir, pero ahora, me alegro mucho de que lo hice.  Desde el momento en el que nosotros desembarquemos del metro, estaba rodeada por gente.  Ya había una multitud de personas diversas, hablando en lenguajes distintas y empujándose para conseguir la ventaja sobre las otras en llegar a las tiendas. Cuando llegamos a la calle, dimos una vuelta y allí ya encontramos la primera tienda.  Embobadas por la cantidad de ropas bonitas y baratísimas, inmediatamente hicimos nuestras primeras compras, y desde allí, nos enamorábamos del Rastro.  Andamos por las calles mirando a cada tienda, y nos quedábamos indecisas en que debemos comprar.  Después de pasar por muchas tiendas, encontramos lo que me interesó lo más, la calle de arte.  La calle, situada en una colina, estaba llena de artistas sentados en quioscos desde los que vendieron su propio arte.  Para mí, este me parecía lo más auténtico porque en lugar de vender ropa o baratijas con poco valor más que el material, esos artistas estaban vendiendo sus propias obras las que crearon con sus propios manos.  En cada quiosco, había pinturas, dibujos, retratos, y esculturas distintas que retrataban algo de la cultura de la cuidad, imitaban artistas famosos, o mostraban naturaleza en una manera verdaderamente impresionante.  En esta calle no solamente eran las cosas que eran diferentes, sino que la gente también.  En las calles principales estaban compradores andando rápidamente y atestando las barracas, pero en la calle del arte, los compradores me parecían más maduras y mayores, y el comportamiento cambió.  En vez de atacar los quioscos, se podía mirar las obras con tranquilidad, respetándolas y dándose cuenta de sus valores y su belleza.  Para mí, una cientista, no suelo disfrutarme del arte. El ver el arte en una forma más tosca me resulta mucho más interesante que verlo en un museo, y por eso, era una experiencia cultural que en una manera cambió mi percepción del valor de arte.



  

La Zarzuela Para Todos

El Teatro de Zarzuela
            El fin de semana pasada, viajaron mis padres a Madrid para visitarme.  Estaba muy orgullosa de poder mostrarles la ciudad y enseñárselo todo que he aprendido durante mi estancia aquí.  Mis padres no hablan ni una palabra además de “gracias” y “hola” entonces me obligan a explicar y pedir todo.  Por eso, me sorprendió muchísimo cuando un día, mi padre me sugirió casualmente que fuéramos juntos a una obra de teatro. 
¿Sabes que toda la obra va a ser en Español, no?” le preguntó a mi padre.
“Si, pero me parece muy interesante.  Es algo distinto de Madrid, así que me gustaría verlo.” me respondió.
Entonces, por la noche, fuimos al teatro de Zarzuela.  Al comprar nuestros billetes y entrar al auditorio, se aclaró muy rápidamente que la audiencia era completamente española.  Nos habían dado programas pero solamente contenían una lista de los actores y actrices de las obras (fueron dos obras distintas).  Había esperado que el programa tuviera un resumen del trama de cada obra para poder intentar explicarlo a mis padres, ya que no iban a entender nada. 
En pocos minutos, empezó la primera obra, sin que mis padres tuvieran una idea de lo que sucediera.  Sin embargo, me sorprendió mucho de lo mucho que mis padres pudieron entender de las obras.  Había varios momentos en que miró a mi padre y estaba riéndose durante algunas de las partes satíricas.  Después de las obras terminaron, mis padres me dijeron que a ellos les han gustado mucho verlas. 

El hecho de que les gustó sin poder entender todo me ha hecho pensar en la zarzuela como un medio de comunicación que transciende la lengua.  Al no entender la lengua, mis padres fijaron en la música, la emoción, y el baile.  Las obras que vimos fueron bastante dramáticas y expresivas, lo que creo que es típico de la zarzuela y que lo hace más divertido mirar.  No solo se importa el trama de la obra sino que la zarzuela es un espectáculo con música impresionante, danzas tradicionales y trajes interesantes. 
Creo que la zarzuela es algo emblemática de Madrid y de España y aunque está hecha por los españoles, no creo que debe ser solamente para los españoles.  Me explico: la zarzuela si provee orgullo a los propios españoles pero también es capaz de dar la oportunidad a los extranjeros a aprender algo y disfrutar de la cultura madrileña auténtica.  Aunque fuimos casi las únicas extranjeras en la audiencia, y aunque mis padres no podían entender todo lo que estaba ocurriendo, nos disfrutamos mucha de la experiencia y creo que más gente extranjera debe estar expuesto al teatro de zarzuela. 

 Por: Kate Gadsden

Más alegre sin nada-Aubree Dinning

El tiempo que he pasado aquí en Madrid ha sido una época muy importante y muy divertida de mi vida.  Hasta este año, no he viajado mucho afuera de los Estados Unidos, especialmente por un tiempo tan largo como lo que voy a pasar aquí en España.  Para mí, vivir aquí ha requerido algunos ajustamientos bastante grandes, especialmente con respeto al gran tamaño de la ciudad.  Vengo de una ciudad de 40.000 habitantes, sin nada parecida al metro, los rascacielos, ni los edificios grandes donde están los apartamentos.  Aprendiendo el mapa de Madrid, donde viven mis amigos, donde puedo encontrar cosas simples como una secadora o calcetines me costó mucho al inicio del viajey todavía estoy aprendiendo y acostumbrándome más cada día. 



A veces en Madrid, me parezco perdida, o sin importancia.  Me siento que sólo soy una pequeña parte de algo grandísimo, y éste es algo que es muy distinto de ambos el campus de Duke y mi ciudad propia.  En los dos lugares siempre encuentro a alguien que conozco durante mis paseos a clase o en una tienda.  Para mí el sentido de camaradería es muy importante y me pone más cómoda que pasar sin significancia.   
            
Lo interesante es comparar esta experiencia y sus matices con la experiencia que tenía en este verano pasado viviendo en Guatemala.  La discrepancia entre el nivel de desarrollo entre Guatemala y Madrid es algo incomparable, pero me parece que este hecho afecte las interpretaciones que tengo de mi papel en los dos lugares.  Es decir, en Madrid tengo acceso a todo que necesitaría; muchísimas cosas son diferentes que lo que encontramos en los Estados Unidos, pero siempre hay algo parecido a lo que busco.  Aquí se vende maquillaje de todas marcas, tengo agua caliente cuando ducharme, el sistema de transporte es seguro y limpio.  En Guatemala, no es la verdad en casi ningunos aspectos.  No hay mucho disponible para alguien que está acostumbrado a ciertos aspectos de EE.UU.  Por ejemplo, las calles no estaban limpias, perros callejeros vagaban por los barrios, y no era seguro comer cualquier cosa que quería.  Entonces, por mucha gente parecería que sería más difícil ajustarse a la vida en Guatemala, sin muchas cosas y con más dificultades inherentes, pero para mí, no fue el caso.



La diferencia fue que todo estaba en una escala más pequeña.  Había más espacio libre, fue fácil conocer y navegar los pueblos, y no me abrumó.  Éste es algo que es inesperado, que me sentía más cómoda en muchos respectos en un lugar tan distinto de mi hogar, pero me doy cuenta que mi nivel de comodidad depende en el tipo de las diferencias, y parece que el tamaño y sentido de comunidad es algo que me afecta mucho.

Mi experencia con Baloncesto-- Josh Rosenblat

La experiencia cultural más bonito que he tenido hasta ahora en Madrid se refiere a jugar al baloncesto. En Estados Unidos, jugando al baloncesto es uno de mis pasatiempos favoritos. Yo juego casi todos los días e incluso trabajar con el equipo de baloncesto de Duke. Me encanta el baloncesto. Cuando llegué a España me preocupaba que este aspecto de mi vida tendría problemas existentes, ya que España es un país de fútbol y baloncesto es un deporte americano. Mi experiencia en el baloncesto jugando España ha cambiado mi punto de vista y ha sido muy agradable.

Mi experiencia jugando al baloncesto aquí empezamos a Parque Oeste. Me enviaron a jugar allí por mi madre de acogida, y se fue con expectativas muy bajas. Me asusté cuando vi a un tribunal en pleno de todos los jugadores que parecía saber lo que estaban haciendo. Empecé a jugar en Parque Oeste mucho, y muy pronto, mi estancia allí fue desólo jugar al baloncesto a algo más que eso. Yo había hecho amistad con las otras personas que con frecuencia han desempeñado allí y fue muy agradable.

Estas amistades que empezó como simplemente hablar de baloncesto. ¿Qué equipos de la NBA son mejores, ¿qué país era mejor, temas como este. Empezamos a hablar más en profundidad acerca de la estrategia y las diferencias de normas entre Estados Unidos y Europa. Yo pensaba albergar dudas esto era sólo una buena forma de practicar mi español y obtener el ejercicio, pero me encontré aprendiendo poco a poco más de la cultura del deporte español, la política y la vida de la eficacia general de los españoles. Queremos discutir temas como el de Franco, y si todavía hay partidarios de Franco dejó en España. Casi todas las entrevistas que hice para mi "Medulares" fichas se hicieron con estos hombres. Respondieron a todas mis preguntas y preocupaciones sobre el socialismo en España. Me enteré de que mientras que para los americanos nos es difícil de entender, muchos españoles creen verdaderamente en la idea de bienestar y ayudar a todos aquellos a su alrededor. Tengo opiniones sobre Zapatero y su gobierno. A través del baloncesto, que fue capaz de ganar realmente una comprensión de cómo Madrileños pensar y vivir.

Con todo mi experiencia de juego de baloncesto aquí fue muy interesante y vale la pena. No me esperaba que fuera algo cultural (como el baloncesto es de América), pero resultó ser una experiencia increíble en el que realmente tienes que conocer a la gente muy bien el español. Sigo jugando al baloncesto en Parque Oeste y tener algunos buenos amigos de la corte. Además de esto, me uní al equipo de baloncesto de CEU y esperamos que las experiencias que se tienen con mis nuevos compañeros de equipo. 

La tradición de la comida madrileña- Courtney Matteson


             No como para vivir. Vivo para comer. Creo que experimentar la comida típica de un lugar es obligatorio para entender su cultura y su gente. Desde que llegué en Madrid en agosto, he probado muchas comidas típicas de España, he hablado mucho con los madrileños de la comida, y ahora veo como la cocina de una ciudad puede desempeñar un gran papel en definir la cultura de una ciudad. Como hemos discutido, cada barrio de Madrid tiene su propia personalidad – definida por la gente y los objetos permanentes; pero creo que también cada barrio se define por su comida y sus restaurantes. Mi actividad favorita es explorar cada barrio de Madrid para experimentarlo y buscar la comida mejor del barrio. Me encanta el ambiente animado de la Cava Baja en La Latina por las noches, y también me gusta disfrutar del sol en las terrazas de la Plaza Mayor por los fines de semana. En cada barrio, se puede encontrar uno o muchos restaurantes que captúan una imagen – y los sabores – de que significa ser “madrileño”.
            Sí, tenemos que comer para sobrevivir. Sin embargo, siento que el papel de la comida sea mucho más que sólo una manera de sostenerse: la comida es una parte muy grande y permanente de la tradición de Madrid. En clase, hemos hablado de como la historia puede cambiar una ciudad y su cultura. Como leímos la primera semana en “La ciudad y sus signos” de Margulis, “La ciudad cambia por las acciones que en ella se desarrollan y por la articulación material y simbólica de su tiempo y espacio”; en otras palabras, una ciudad no es estática, sino su personalidad cambia con los eventos de su historia. El mismo artículo destacó que aunque hay una permanencia de los edificios, calles, monumentos y objetos de una ciudad, la gente los usa en maneras diferentes mientras el tiempo pasa.
Pienso que la comida es muy similar a los objetos permanentes de los cuales Margulis habla. Los madrileños comen mucha de la misma comida que comía la gente de Madrid hace unos siglos. Ellos siempre reservan uno a dos horas cada día por la tarde para reunirse con sus amigos y sus familias para disfrutar de la misma comida que comía sus abuelos y bisabuelos. Sin embargo, como los ciudadanos usan sus edificios en una manera diferente que la gente los usaba en el pasado, también cambia las interacciones de la gente con la comida. Ahora hay más restaurantes de otros tipos de comida, como de comida china, mexicana y thai, entre otros. Este cambio refleja el aumento de inmigración de la última década y como ha cambiado la población de Madrid en general. No obstante, la que no ha cambiado es la importancia de la hora de comer para los madrileños, y la importancia de la comida en la vida social madrileña.


Los ambientes diferentes de las restaurantes en cada barrio ayuda a definir la personalidad de cada barrio.


"Mi caminata por Madrid" por Sarah Weiner


            Durante la semana segunda de agosto, llegué en Madrid con mi padre. Teníamos planes para viajar por Andalucía y ver los monumentos y museos más importantes en Madrid. Desgraciadamente, el huracán Irene viajaba la costa de los Estados Unidos. Debido al huracán, la fecha del juicio que mi padre iba a testificar fue cambiado a unos días antes. Por consiguiente, tenía que estar sola en Madrid por cinco días hasta que el programa empezó. Fue mi primer tiempo en España, solo segundo tiempo en Europa (y el primero mi pasaporte fue robado) y tenía que ocuparme por casi una semana. Fue aterrador pero una experiencia increíble para conocerme y esta ciudad.  
            Mi día favorito fue el que tenía lo menos planes. Primero, visité el mueso Thyssen. Recorrer por el museo sola fue una experiencia muy diferente que cuando mi padre y yo fuimos conjuntos. No tenía distracciones y no tenía prisa. Fue como tener una conversación con cada obra. Pensaba sobre los mensajes, los sentimientos y las intenciones del pintor. Próximo, caminé por el Paseo del Prado y Parque de Retiro. Tejé por las sendas y los jardines y escuché a las conversaciones de la gente. Después, fui al Mercado San Miguel y comí paella y melocotones, y durante la noche caminé la calle Gran Vía y Puerta del Sol.


La experiencia de estar sola en una ciudad nueva sin estar cómodo con el idioma fue una inmersión completa a una cultura nueva. Fue un desafío grande, pero después de sobrevivir durante mi jornada sola tenía más confidencia en mis habilidades de español y mi independencia. También, la experiencia cultural fue más reflexivo que todas las otras que he tenido. Cuando estaba sola, solo podía observar, escuchar y mirar la gente. De mi observaciones de un día, de repente sabía mucho sobre el ritmo de la vida, el arte, la gente y la gastronomía. Observé que la gente habla rapidísimo pero camina lentamente, que valora sus conversaciones y las interacciones interpersonales y que la historia es importante igualmente al presente. También, podía comparar los lados diferentes de la ciudad y la gente diferente que presta tiempo en partes diferentes. Mis cinco días sola fue un curso intensivo sobre todo madrileño.
Como prestar mucho tiempo con una persona para conocerla, es necesario que preste mucho tiempo sola en una ciudad para conocerla. Como escribió Mario Margulis, <<Caminar por la ciudad lleva consigo la posibilidad de recibir e interpretar múltiples mensajes que hablan a sus habitantes, emiten señales e intervienen en los comportamientos>>.