Mi primera experiencia en el transporte público fue un desastre. Durante las vacaciones del otoño mi tercer año en el colegio, mi padre y yo fuimos a Roma. Era un viaje magnifico, fue mi primera experiencia afuera de los Estados Unidos. Me encantaba aprender la cultura, ver la arte y explorar las ruinas. El último día, fuimos por metro al museo. Dos jóvenes nos preguntó para direcciones. Después, comimos al restaurante y cuando la cuenta llegó nos dimos cuenta que fuimos robado. Nuestros pasaportes, tarjetas de crédito, y todos los euros hubieron desaparecido. Inmediatamente empecé a llorar; pensaba que tendría a mover a Italia y terminaría escuela allí. Eso no pasó, pero tuvimos que estar para tres días más. Después de esta incidente, todas las formas de transporte pública me da miedo. Soy de una granja, conduzco en mi propio coche cualquier lugar. Asimismo, los lugares más populares en mi ciudad, como el centro comercial y el cine, no tienen muchedumbre como el metro en España. Ahora, la mayoría del tiempo puedo ir por el metro y mi pulsa no aumenta. Para mi, fue la parte de la cultura más diferente que los EEUU. Cambia el ritmo de la vida y exposición a la gente.
En espacios como el metro, se desdibuja la línea entre la vida personal y pública. Pienso que esta parte de la cultura de España influye las interacciones interpersonales también. No me gustar estar cerca de otras personas, quiero una burbuja personal todo el tiempo. En mi familia, raramente abrazamos. En los Estados Unidos, le da el mano cuando se conoce alguien. Pero aquí, se da besos. Todas las interacciones tiene un sentido más intimo y personal que en los EEUU.
En teoría, me gusta la idea de una experiencia compartida todos los días con la gente de la ciudad. Siempre era celosa cuando miraba películas con todos los niños en el autobús van a la escuela. También, me encanta viajar por autobús o tren con todos mis compañeros de clase, como fuimos a Andalucía. Pero en realidad, el metro es tan peligroso y atestado para hacer conexiones verdaderas. La gente es tan variada y diferente, necesita otro aspecto en común para tenerse impacto. El cuento refleja este aspecto del metro. El narrador quiere hacer conexiones que no existe para dar significado a los encuentro que son totalmente al azar. Relaciono al protagonista porque a veces, para distraerme, imagino las historias personales de toda la gente redonda. Me parece el mundo menos caótico si hay razones lógicas porque todas están allí, en el mismo metro o tren o autobús. Por eso, el cuento fue muy cómico y me gusta mucho.
Esté me parece interesante porque nunca me he sentido ninguna presencia de peligro en el metro. Antes de llegar a Madrid, todos me avisaron siempre guardar la bolsa, llevar la mochila al pecho y otros consejos para que yo no perdiera mis cosas. Pues, aunque siempre tengo mucho cuidado en el metro y presto atención al ambiente, no me parece un lugar que debe inspirar mucho miedo o desconfianza en los pasajeros.
ResponderEliminarAunque estoy de acuerdo con el otro que comentó, puedo entender por qué espacios como el metro te da miedo especialmente después de tu experiencia en Roma hace cuatro años. También me encanta la manera en que relacionaste el cuento con tus experiencias. Me gusta mucho la idea que la protagonista del cuento sólo quería hacer conexiones con los pasajeros quien no conoció.
ResponderEliminar-Jack Jamieson