viernes, 23 de septiembre de 2011

Nochevieja: una celebración de Madrid


Sarah Weiner
Los costumbres son una compilación de muchos aspectos de una ciudad. Combinan el patrimonio, la unidad y la participación de la gente para crear un ritual único y significativo que acerca una ciudad. Los rituales de una ciudad dan todas las habitantes una experiencia compartida y cultura común. Por eso, los rituales pueden ser muy indicativos de su personalidad de la población y la esencia de la ciudad en total.
Durante mi entrevista con Eva, me relató la dificultad de describir Madrid en una manera. Es una ciudad tan grande, tan diverso que no hay mucho en común de toda la gente. Pues, me dijo sobre su evento favorito que captura lo mejor que Madrid ofrece. Cada Nochevieja, toda la gente se congrega en la plaza de La Puerta del Sol. Mientras bebiendo, hablando, y bailando, están pendientes del reloj grande encima de la Casa de Correos. La multitud está radiante, alegre y achispada. A las doce menos cuarto, una alarma toca de la torre de reloj y la gente anticipa el año nuevo. Finalmente, cuando el reloj da las doce, la campana toca doce veces. Cada tañido, se come una uva. Eva no supo la historia de esta tradición, pero disfruta mucho, “Para comer las uvas con el ritmo de la campana, pelo y saco la pipas”, me dijo mientras riendo. Le gusta que atrae ambos los madrileños como los extranjeros en un lugar para disfrutar una festival sin significados religiosos o exclusivos. La ritual expone una actitud de los madrileños: tienen orgullo en su patria, pero también valoran la receptividad de su cultura y estilo de vida. Distinto de otras fiestas, la Nochevieja no está celebrada en las casas privadas con la familiar nuclear. La gente de Madrid viva en las calles, aunque en una noche fría en diciembre la experiencia es una que debe compartir con la compañía de la ciudad.
            De hecho, La Puerta del Sol encarna este aspecto del carácter de Madrid. Es una mezcla que edificios historiales, como la Casa de Correos y kilómetro cero, y atracciones turísticos, como las tiendas en la Calle Preciados. Literalmente, madrileños y viajeros de todas partes de la ciudad mezclan aquí cada día en el grande intercambiador de Metro. Está en el centro de las calles más grandes: Calle Mayor, Calle de Alcalá, Calle del Arenal y Carrera de San Jerónimo. La festival de Nochevieja y la plaza de la Puerta son ambos una metáfora figurada y literal de la personalidad de Madrid.

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