jueves, 29 de septiembre de 2011

El aislamiento de los auriculares - Courtney Matteson Blog 2





            La novela del tranvía trata de las interacciones interpersonales que un hombre experiencia mientras está viajando por el transporte público. Aunque muchas de las interacciones que occuren en el cuento de verdad no pasan, el punto más importante es que sea normal interrelacionarse con los otros pasajeros del tranvía. Cuando el tranvía fue inaugurado en 1871, no había máquinas de MP3, no había móviles, y no había muchas maneras para entretenerse si se estuviera solo. Entonces, la mejor manera para disfrutar de la vida era hablar con otra gente, crear novelas y contar relatos. Aún cuando mis propios padres eran jóvenes, las amistades y conversaciones con otros seres humanos (cara a cara) eran una parte más grande a la vida diara que ahora son.
Me encanta conocer a gente que no conozco, a hablar con personas de todas partes de la vida, de la política, de las diferencias entre nuestras raíces. El problema es que en el mundo actual en que vivimos, no es muy común empezar una conversación con una persona extraña durante la vida cotidiana. Lo he experimentado cuando he tratado de entrevistar gente extraña para la tarea de la clase de Duke in Madrid. Por ejemplo, cuando voy a (o regreso a casa de) la universidad por el metro, las coches del metro están llenas de estudiantes. Se pensaría que sería un momento perfecto para conocer a estudiantes españoles. Muchas veces los estudiantes están solos – no tienen amigos con quien están hablando, y usualmente es más facil hablar con personas extrañas cuando están solas. Sin embargo, me parece que no es común hablar con personas extrañas en el metro. Se prefiere escuchar a música en el Ipod, enviar mensajes SMS en los móviles, o leer un libro en un Kindle (o otra máquina electrónica). La tecnología ha creado un mundo de aislamiento en el metro, y me parece que una experiencia como tiene el narrador en La novela del tranvía no pueda ocurrir en el mundo presente.
No se puede echar toda la culpa a la tecnología – muchas veces, estoy en el metro y la gente cerca de mí no usan móviles ni escuchan a música. Sin embargo, estamos tan acostumbrados a no interrelacionarse con la gente extraña que todavía no hablamos, aun con la gente directamente al lado. No obstante, este ambiente cambia poco a poco con la venida de la noche – cuando los estudiantes toman copas, o botellón, en el metro, se hacen más abiertos, más cómodos hablar con gente nueva. Eso me parece un poco triste. Entiendo que el alcohol puede disminuir la timidez y puede ayudar a personas a conocer a gente nueva. Sin embargo, me gustaría que algunas veces unos pasajeros del metro saquen los auriculares de las orejas y empezar una conversación que pudiera terminar con una amistad nueva.  

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