viernes, 30 de septiembre de 2011

Más de que un transporte público - Vivian Lorencatto


El cuento “La novela del tranvía” de B. P. Galdos abrió mi mente a una nueva manera de mirar a los transportes de una ciudad. En el inicio, yo simplemente pensé que un vehículo de transporte sirve para llevar la gente de un ponto a otro. Pero en realidad, hay tantas interacciones que ocurren dentro y afuera del transporte que en el fin, un vehiculo hace mucho más de que solamente llevar el público a diversos lugares.
            Los transportes públicos son un buen lugar para interaccionar con la gente de un lugar nuevo. El tipo de gente que los transportes atraían es siempre muy variado. Me parece interesante sentar en un transporte público y mirar a los personajes que pasan mi camino. Cada persona tiene su pasado, su presente y su futuro, y por los cinco, deis, o quince minutos que compartimos de viaje, este extranjero, con su historia desconocida, hace parte de mi presente. Una conexión entre dos o más personas es creada en un instante. Sin embargo, los transportes públicos también destacan la distancia que existe entre individuos. En “La novela del tranvía”, el hombre y los pasajeros no tenían tantas distracciones tecnológicas como hoy en día. En los tiempos modernos, tenemos libros electrónicos, teléfonos móviles y Ipods para aislar nosotros del mundo. Por lo tanto, los transportes públicos ofrecen la oportunidad para compartir momentos y al mismo tiempo, la oportunidad de notar las pocas interacciones que humanos hoy en día tienen. 
En conjunto con esta observación, podemos aprender mucho sobre el estilo de una ciudad por mirando en vuelta de nosotros.  Junto con los sitios, los ciudadanos representan una gran parte de la personalidad de una ciudad. La manera en como la gente de Nueva York andan en las calles es muy diferente de la manera que la gente de Londres caminan. Por consecuencia, yo siento ambientes diferentes cuando estoy en cada uno de estas ciudades, pues la gente influyen mi perspectiva. Mi experiencia en los metros de Madrid ha demostrado varios estilos de personas, pero en general, yo concluyo que madrileños dan mucha atención a sus apariencias, que ellos encantan descansar (mucha poca gente se quedan en pie) y que los adolescentes son muy relajados con sus estudios. Yo sé que los ejemplos escritos son específicos y un poco irrelevantes. Pero en el fin del día, son estés detalles que construyen el carácter de madrileños. Cada persona es un pedazo del gran mosaico que es una ciudad. Y forzudamente, los transportes públicos son una excelente manera de explorar todos estés pedazos.
            En un sentido más practico, los transportes también permiten que individuos exploran varias partes de una ciudad. Es muy fácil quedar en una parte que es familiar y comfortable. Pero, con la facilidad de usar los transportes, la gente están buscando nuevos barrios y sitios para visitar. Lo más que una persona puede ver de un lugar, la mejor perspectiva tendrá. Yo pienso que la experiencia que el hombre de la novela tenía fue similar a los del público hoy en día. El hombre uso la función tradicional del transporte para moverse de un lado al otro, pero al mismo tiempo, uso el transporte para construir una opinión de su ciudad. Pienso que todavía personas suben en los transportes públicos, miran a los extranjeros y construyan sus propias historias y opiniones de lo que vean. En esta manera, nuestra perspectiva de una ciudad sólo demuestra una posible dimensión de la realidad. Las historias que yo construyo van a ser diferente de las historias de mi compañeros. Entonces, es posible decir que es muy difícil concluir una imagen concreta para representar una ciudad. Sin embargo, la falta de una representación concreta no debe parar la gente de continuar viajando, mirando y construyendo sus historias para descubrir nuevas ciudades (aunque los otros piensan que su historia es loca).

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