La obra que he escogido que, para mí, representa muy bien Madrid en una época muy famosa es el poema “Madrid” escrito por el poeta muy nombrado Pablo Neruda. Pablo Neruda era poeta chileno muy conocido por todo el mundo por su estilo y la pasión con la cual escribía. Sus obras variaban desde declaraciones de amor muy fuertes hasta manifiestos políticos. Tenía mucho éxito en sus obras a lo largo de su carrera, ganando el Premio Nobel en Literatura y siendo descrito por el famoso Gabriel García Márquez como “el gran poeta del siglo XX en todas lenguajes”.
Neruda trabajaba como diplomático, y por eso vivía en Barcelona y después en Madrid por unos años. Mientras trabajando como el cónsul chileno en Madrid, Neruda era testigo de todas las atrocidades que experimentaron los madrileños en esa época. La violencia y el conflicto le pusieron enfadado, y él (muy izquierdista) acudió a su poesía como un escape del mundo tan duro. Sus obras como Madrid fueron publicadas en una colección de poesía de esta época que se llama España en el corazón (1938), y ofrecen al lector la perspectiva única de un extranjero que se enfrentó a los problemas de su hogar adoptivo.
“Madrid”, que fue escrito a los principios de la dictadura franquista es una obra llena de odio, de dolor, de simpatía. Neruda transmite bien los sentimientos de impotencia y terror que seguramente se sentían los habitantes de Madrid durante un periodo tan volátil. El poema ofrece una descripción muy fuerte y gráfica de Madrid entonces; al inicio describió la ciudad en estos términos:
“Hoy
comienza un nuevo invierno.
No hay en esa ciudad,
en donde está lo que amo,
no hay pan ni luz: un cristal frío cae
sobre secos geranios.”
Neruda demuestra bien la miseria del franquismo, especialmente los problemas específicos a Madrid. Por sus palabras describe el horror, el hambre constante y el frío de un invierno con imágenes y experiencias que nunca salieron de las mentes de ellos que las experimentaron. Su uso de imaginería pinta de verdad la escena de ese invierno, al inicio de las faltas de las necesidades, de la supresión que acompañó el franquismo:
“Ciudad de luto, socavada, herida,
rota, golpeada, agujereada, llena
de sangre y vidrios rotos, ciudad sin noche, toda
noche y silencio y estampido y héroes,
ahora un nuevo invierno más desnudo y más solo,
ahora sin harina, sin pasos, con tu luna
de soldados.”
En estos versos Neruda imparte bien al lector el golpe verdadero que es el régimen de Franco. Madrid ya estaba de luto, recordando todo perdido, y además la gente tenía la opresión añadido de las reglas e imposiciones franquistas. Han padecido tanto sólo en la guerra, y Neruda intentaba a trasmitir el dolor abundante. Sus posesiones, sus padres, sus hermanos, todo perdido y destruido, y para colmo de males, después de la guerra no había ningún alivio. El sufrimiento seguía y el Madrid, el gran Madrid, seguía en pena.
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